domingo, 18 de abril de 2010

YUKO


En la antigüedad el pueblo Yuko extendía su territorio desde el valle del río Cesar hasta el lago de Maracaibo. En la actualidad se localizan en la sierra del Perijá, departamento del Cesar, cuyas alturas marcan el límite con Venezuela. Es una zona de bosque seco tropical, con tierras pobres y pedregosas susceptibles a la erosión. Sólo en las márgenes de los ríos que bajan de la serranía se hallan tierras propicias para la agricultura.

También conocidos como Yukpa, la etnia se estima en 3.529 personas.

CULTURA:

conciben el universo como formado por dos soles, que alternativamente ascienden y se asientan en el universo. En un tiempo primordial, uno de ellos fue engañado por su mujer; cuando intentó bailar con ella cayó en un abismo de brasas, transformándose en la luna. La mujer, por su parte, al ser arrojada al agua, se transformó en rana. El sol gobierna las estrellas y tiene como aliados a la gente jaguar. La luna es más retraída y vive – a diferencia del solitario sol – con su mujer y sus hijos"

La tradición oral cuenta que en un comienzo hubo un gran diluvio que inundó las tierras donde sólo se salvaron una pareja de humanos y algunos animales. Entonces, Yuko se transformó en pájaro carpintero, sobrevoló las aguas y divisó una pared de fango. Con la ayuda de la tortuga y del armadillo desecaron el mundo.

Con el mundo de los humanos, está el mundo de los pigmeos, que está debajo de la tierra, y de los muertos, al cual se llega después de atravesar la selva por un camino largo que lleva a un gran río, límite entre los dos mundos.


ORGANIZACIÓN:

Los grupos forman familias extensas compuestas por padres de las hijas, sus yernos y sus hijos solteros. Sin embargo, cuando la cabeza de la familia fallece, la familia se dispersa y forma nuevos asentamientos. Los matrimonios son arreglados; el yerno trabaja en un lote de la suegra y, posteriormente, construye su propia vivienda en la localidad de los padres de la mujer. Carecen de una organización política centralizada. La autoridad recae en el jefe de familia, reforzado por una red de alianzas que se consiguen mediante el matrimonio.

La vivienda presenta una forma rectangular, con un techo de paja y una empalizada. El suelo es de tierra y las paredes de bahareque. Los indígenas duermen sobre esteras. Es común que al lado de la casa se construya un pequeño corral para los animales. El grupo doméstico se convierte en la unidad de producción. Los hombres se encargan de la elaboración de vasijas, pipas, armas de cacería, construcción de las viviendas y siembra de productos agrícolas. La mujer siembra el maíz, preparación de los alimentos, actividades de cestería, alfarería y tejidos. En cuento a la horticultura, presentan el esquema de roza y quema itinerante. La tala y la quema están precedidos por rituales que buscan garantizar el éxito de las cosechas.





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